Sobre mí

Hola! Soy Francisco Reche. Amante de los cambios, estudié Ciencias del Mar y Ambientales, trabajé en la FAO, realicé un máster en creación de empresas y otro en cultura gastronómica, y acabo de ganar un premio del Foro Mundial de la Alimentación por un proyecto educativo que comencé a diseñar hace varios años.
No he tenido muchas cosas claras en la vida, pero sí sé que quiero hacer algo significativo. A veces, en el momento, podemos sentirnos perdidos, pero al mirar atrás podemos trazar el camino recorrido y darle una narrativa. Aquí va la mía.
Influencias que te guían
Durante mis últimos años en el instituto, ni siquiera me había planteado si iría a la universidad, y mucho menos qué carrera estudiar. Fue una profesora, con su forma de impartir biología y ciencias de la tierra, quien aumentó mi interés por estas materias.
Decidí estudiar Ciencias del Mar y Ambientales, lo que me llevó de Algeciras a Puerto Real (Cádiz), donde he conocido a personas y vivido experiencias que han cambiado mi vida para siempre.

Descubriendo mundo

Una de esas personas me inspiró a estudiar en el extranjero. Nunca me lo había planteado, pero me convenció de que era lo mejor que podía hacer y me animó a elegir un país lo más diferente posible a España. Así fue como el siguiente curso lo pasé en Uppsala (Suecia). Me gustó tanto la experiencia que, beca tras beca, pude estudiar también en Florianópolis (Brasil) y Barcelona.
Un sueño inesperado
Durante mi último año de carrera, comencé a preocuparme por qué haría después. Me pregunté cómo haría la gente para trabajar en lugares como Naciones Unidas y, cosas de la vida, la universidad envió un correo ofreciendo una beca para ir a Roma a trabajar como asistente técnico en la Representación Permanente de España ante la FAO y el PMA.
Tras diez meses como asistente, conseguí entrar en un pequeño equipo dentro de la FAO, donde trabajé algo más de dos años en proyectos como el Año Internacional del Suelo 2015 y temas relacionados con pueblos indígenas.

Tomando las riendas

Cambiar es maravilloso y necesario. Perspectivas, opiniones, gustos… todo evoluciona.
Aunque trabajar en una organización como la FAO había sido mi mayor aspiración, sentía que existía una gran desconexión entre el increíble trabajo de estas instituciones y lo que luego llega a la gente en su vida cotidiana. Quería acercar ambas realidades, hacer algo que tuviera un impacto más directo.
Decidí explorar la vía del emprendimiento. Mi pareja, a quien conocí en Roma, me influyó mucho con su visión del mundo y su experiencia como emprendedor.
Así fue como dejé Roma y volví a España, donde comencé a asistir a cursos y charlas sobre emprendimiento. Luego realicé un Máster en creación de empresas en Cádiz, con la idea de abrir una tienda de alimentación a través de la cual fomentar una alimentación más saludable y sostenible.
Cambiando de rumbo
Además del máster, participé en programas de intercambio y emprendimiento en Copenhague (Dinamarca), Sídney (Australia) y Tence (Francia), donde trabajé en proyectos similares a lo que tenía en mente. Llegué a la conclusión de que el impacto que podía tener con una tienda de alimentación sería limitado, además de no ser la vía más adecuada para lograr mi objetivo.
Un día, conectando ideas, decidí retomar algo de mi infancia, los juegos de cartas coleccionables. Pensé en usarlos como herramienta para transmitir el valor añadido de mi proyecto: informar visualmente sobre la increíble diversidad alimentaria y los beneficios de una dieta saludable.

Un nuevo capítulo

Con este nuevo proyecto en mente, realicé un Máster en Gestión e Innovación en Cultura Gastronómica, donde presenté este proyecto como Trabajo de Fin de Máster. Desde entonces, la idea inicial ha evolucionado gracias a los consejos de muchísimas personas.
Tras realizar algún curso sobre creación de juegos, entrar en la incubadora de proyectos Incubazul, y probar el prototipo en ferias de juegos alrededor de España, en 2024 gané el concurso de proyectos educativos del Foro Mundial de la Alimentación, lo que me llevará a presentarlo en las Naciones Unidas.
Este es un hito importante, pero espero que no sea el último. Mi objetivo no es simplemente crear otro juego educativo más, sino impulsar un cambio. Quiero empoderar a niños y familias para que tomen decisiones alimentarias más conscientes, saludables y sostenibles, contribuyendo así a un futuro mejor para todos.
¿Me acompañas?